¿Quién soy yo?

Desde mi primera infancia fui testigo de fenómenos y sensaciones especiales. Ya en mi adolescencia, sin referencias serias, me era imposible explicar lo que me pasaba. Como ustedes pueden imaginarse, todo este proceso no fue fácil.

Por consiguiente, me dediqué a aprender y a estudiar mucho para encontrar respuestas coherentes y capaces de ayudarme en la comprensión de estos fenómenos, que por decir lo menos, son muy particulares.

Soy, a primera vista, cartesiano, y como Santo Tomás, ¡sólo creo en lo que veo! Siempre dejo la puerta abierta para lo que me puedan contar, pero mantengo cierta distancia y una mirada crítica al respecto.

En resumen :

Estas facultades cerebrales diferentes, entonces, se manifiestan en forma bastante precoz en las personas, que, como yo, presentan estas disposiciones especiales.

En forma esquemática :

Ciertas personas están hechas para los deportes de resistencia como las carreras de competencia o la natación, y otras poseen una predisposición intelectual avanzada.
Ellas calculan, memorizan y analizan con una facilidad asombrosa.

Para mí ahí existen predisposiciones naturales e innatas.
Y a través de toda esta población de personas, algunas ven; y es aquí donde comienza mi historia.

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Los clarividentes o los oráculos nacen con esta facultad, la cual, en mi opinión, se desarrolla con la madurez, y está relacionada con ciertas áreas del cerebro.
Algunos de nosotros piensan que todo el mundo posee esta facultad. Sin embargo, a título personal,  establezco claramente la diferencia entre un ser intuitivo, un clarividente y un médium. La intuición concierne a todo el mundo, la clarividencia es una habilidad específica y la mediumnidad se refiere a la posibilidad de entrar en contacto con energías que operan en otros planos.

Estas características se manifiestan generalmente formando un tronco común en el médium, ¡pero no es necesariamente el caso de un clarividente!